martes, 22 de junio de 2010

Hipótesis de Eugenia.

Hoy descubrí algo peculiar. Como en todos los colegios los alumnos siempre se forman para izar la bandera. Todos estamos en filas. Somos muchos uniformados amontonados en un patio gigante.
Antes de empezar con mi hipótesis pregunto ¿nunca les pasó tomar un café (por ejemplo) caliente y a medida que lo tomaron notaron que una pequeña parte del café estaba fría? A mi me pasa a veces, por lo que doy por entendido que el agua no se calentó bien.
Esta mañana se me prendió la lamparita. Quizá no sea convalidado por nadie pero después de sentir que muchas mañanas me pasaba lo mismo pensé esto: a la mañana hace frío, más ahora que estamos en invierno. Nuestros cuerpos siempre están con la temperatura justa para soportar el frío y en caso de que eso no sea así podemos estar seguros de que vamos a temblar para autogenerarnos calor. 
A lo que voy es que en cada ola de frío hay una mínima brisa de calor en el aire. Pequeña brisa que es llevada y atrapada por el viento para tocar a algún afortunado que se haya entrometido en el trayecto del viento. Pienso que esa mínima brisa es resultado de la envidia que tiene el frío de nosotros los humanos por ser cálidos. Entonces nos roba esencia y se la lleva consigo. Por tal motivo nosotros sufrimos la sensación de frío. Más claramente dicho: nosotros tenemos frío porque el viento nos roba la capa imaginaria de calor que nos rodea.
Puede sonar poético incluso un pensamiento filosófico griego viejo y podría ser utilizado para contarles un cuento a los más chicos. Si ustedes piensan que es una pelotudez por favor no entren más a esta página. 
¿Puedo estar muy equivocada?

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