lunes, 21 de junio de 2010

La teoría del caos: el Efecto Mariposa.

La teoría del caos cita que "el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo", o "el aleteo de las alas de una mariposa pueden provocar un Tsunami al otro lado del mundo" así como también "El simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo". El "efecto mariposa" es un concepto que hace referencia a la noción de sensibilidad a las condiciones iniciales dentro del marco de la teoría del caos. La idea es que, dadas unas condiciones iniciales de un determinado sistema caótico, la más mínima variación en ellas puede provocar que el sistema evolucione en formas completamente diferentes. Sucediendo así que, una pequeña perturbación inicial, mediante un proceso de amplificación, podrá generar un efecto considerablemente grande. Esta interrelación de causa-efecto se da en todos los eventos de la vida. Un pequeño cambio puede generar grandes resultados o poéticamente: "el aleteo de una mariposa en Montevideo puede desatar una tormenta en Hong Kong".
La consecuencia práctica del efecto mariposa es que en sistemas complejos es muy difícil predecir con seguridad en un mediano rango de tiempo. Los modelos finitos que tratan de simular estos sistemas necesariamente descartan información acerca del sistema y los eventos asociados a él. Estos errores son magnificados en cada unidad de tiempo simulada hasta que el error resultante llega a exceder el ciento por ciento.
A modo de introducción digo esto porque el tema que voy a desarrollar ahora es "mi efecto mariposa". Yo separo el mundo en dos mundos. No es que me quiera creer Freud ni nada pero para mi el mundo se divide en dos. En primera instancia está el mundo real (nosotros despiertos) y en segunda instancia pero no menos importante está el mundo ficticio, fantasía: el mundo de los sueños, la posible parada de "Alicia en el país de las Maravillas" cuando habló de tal cosa. Como primera regla sueño muchas veces cosas que están dentro del marco real. Ejemplo: yo INVOLUNTARIAMENTE sueño con el señor Juan. No importa que mi yo despierto no quiera soñarlo. Cuando estoy dormida la que maneja es una fuerza indiferente. Quizá nunca pueda controlarla. Todas las cosas que se suceden en la vida real cambian el rumbo o lleva consecuentemente a que sueñe las cosas que se sueñe. Puede ser un sentimiento de culpa, la necesidad de satisfacer deseos. Lo que quiero decir con esto es yo quiero al señor Juan conmigo. Como saben, el señor Juan no es mío (pero tampoco es de alguien). La única forma en la que yo puedo hablarle sin que las palabras se me caigan antes de llegar a destino es en sueños. Allí dejo mi libertad. Libertad que si se pasara al mundo real no podría soñar nunca. Pero si uso mi libertad solo en sueños no es bueno de ninguna manera. Vivo mis días en ellos y cambio el papel de los mundos. La metamorfosis del mundo real solo sirve para intervenir en lo que sueño y el mundo de los sueños es mi mayor y peor descubrimiento. Así hasta la infinita continuidad del tiempo... 

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